Camino Portugues | Tui - Santiago

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CAMINO PORTUGUÉS TUI – SANTIAGO 119 KM 8DIAS/7NOCHES

DÍA 1 | Tui

Para iniciar nuestro camino elegido, visitaremos tan hermosa villa medieval,  que posee como su principal monumento la catedral gótica, que conoceremos dando un gratificante paseo un paseo por su centro histórico. Tui, preciosa e histórica población donde las haya, se asienta a orillas del Miño, el río que separa España de Portugal y cabe destacar que en su otro margen, y porque no debemos dejar pasar esa oportunidad, que el camino nos ofrece, conoceremos otra bonita localidad, Valença, con su maravillosa fortaleza, incluida. 

Y es que Tui es el primer pueblo del Camino Portugués en Galicia, opción elegida por una grandísima cantidad de peregrinos, como punto de inicio para emprender su tan soñado viaje hacia Compostela. Entre otras cosas, porque geográficamente es punto fronterizo entre Portugal y España, compartiendo múltiples instalaciones y servicios, con la cercana villa de Valença do Minho.

DÍA 2 | Tui a Porriño

Nuestra primera etapa del Camino Portugués en Galicia, se nos antoja fácil y agradable, desde unos unos trazados suaves, cómodos y bien señalizados, salvo las cuestas previas a la llegada a la Catedral de Tui.

Y cuando dejemos atrás la frontera, ya estaremos entrando  en la Provincia de Pontevedra, comunidad Gallega, y lo hacemos atravesando el puente Internacional que une Valença con Tui, construcción  que desde 1886 es considerada como la frontera tanto geográfica, como política, que separa España y Portugal. Así, desde ese mismo puente, afortunados los ojos, avistaremos  una de las estampas más bonitas de la etapa, pudiendo ver por vez primera, el pueblo de Tui y todo su patrimonio cultural.

Esta es una etapa, distante a 115 km de Santiago, que empieza a cubrirse con el descenso hasta el rio Miño y que continua a su lado por el paseo fluvial, lo que nos conduce a crear a su alrededor un paisaje idílico, para más tarde, proseguir paseando junto a viñas, hasta adentrarnos en sus frondosos bosques. Aunque antes, para llegar a estos encantadores lugares, deberemos recorrer  tramos de carretera y algun que otro polígono industrial. También ocurre, que desde hace unos años, podemos tomar una ruta alternativa que solo aumenta 500 metros a nuestro recorrido anteriormente trazado, y con ello evitaremos la desagradable  vista y la tal vez, peligrosa travesía por el polígono industrial.

Así, saldremos  de Tui recorriendo sus calles históricas, para dar comienzo al ascenso en nuestra ruta hacia el norte, continuando posteriormente con una bajada que nos conducirá a O Porriño, famoso por su pan, que no hay que dejar de comer, porque las fatigas del Camino, con pan de Porriño, no son penas, sino gloria. 

DÍA 3 | Porriño a Redondela

Empezamos el día dejando atrás O Porriño, a pan comido,  para continuar por el Val da Louriña en ascenso hacia Redondela, otro idílico lugar, desde donde contemplar las vistas de la ría de Vigo, hasta volver después a bajar para poder finalizar esta etapa en la famosa villa de Redondela.

Con todo, la etapa O Porriño – Redondela nos presenta una dificultad de iguales características que la anterior etapa, es decir de recorrido suave y casi carente de grandes desniveles. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tramo que nos va a ofrecer mayor dificultad para cubrirlo, es el que une el Albergue público de Mos con la capilla de Santiaguiño, siendo esta una subida de aproximadamente tres kilómetros que acumula un desnivel de 145 metros, y lo hace alternando subidas pronunciadas justamente al principio del tramo y luego al final con llanos. Por cierto, llanos de los que no podemos fiarnos, porque no lo son tanto, como lo parecen. 

Cuando hayamos superado este tramo, seguiremos descendiendo, pero esta vez por lugares plenos de preciosos paisajes, compensadores de cualquier esfuerzo, que amablemente parecen invitarnos a llegar a Redondela. 

Y es en la ría de Vigo, tras el popular Puente de Rande, donde encontramos esta localidad de Redondela, un encantador pueblo pesquero, con un gran atractivo turístico, nacido de un sobresaliente patrimonio civil y religioso, en el que destacan sobremanera el convento de Vilavella y tradicionales e históricos pazos como el de Torres de Agrelo, del siglo XVIII.

Mientras, entre tanta belleza, el Monte Penide nos propone preciosas zonas verdes y rutas de senderismo, como también yacimientos arqueológicos. Sin olvidar, que pecado sería,  las  playas de fina arena, que como la de Arealonga, o el archipiélado de San Simón, a disfrutar de los sentidos y sus placeres, tanto como a la reflexión, continuamente nos incitan.

DÍA 4 | Redondela a Pontevedra

En esta jornada, y al salir de Redondela, cruzaremos el puente romano de Pontesampaio, conocido por ser el lugar donde los vecinos plantaron cara contra la invasión napoleónica, en la que fue derrotado el ejército francés. Seguidamente llegaremos a Pontevedra, hermosa ciudad poseedora de un casco histórico fascinante, en el que destaca principalmente la iglesia de A Peregrina.

DÍA 5 | Pontevedra a Caldas de Reis

Partimos de Pontevedra cruzando el puente de O Burgo, para seguir atravesando bosques autóctonos y de eucaliptos, así como pequeños arroyos. De esta manera, haremos nuestra entrada en Caldas de Reis, donde no podemos desaprovechar la oportunidad de dar un paseo por tan bonita localidad, que es muy conocida por sus aguas termales ya desde la época romana. Altamente recomendable, para cuerpo y alma, un relajante baño en su balneario.

DÍA 6 | Caldas de Reis a Padrón

Aunque es un municipio universalmente conocido, por ser la cuna de los ilustres escritores Camilo José Cela (Premio Nobel de Literatura) y la poetisa más famosa de Galicia, Rosalía de Castro,  no hay que obviar que existe una razón alimenticia de peso, para que sea un lugar famoso en el mundo,  gracias a sus pimientos de Padrón, una delicia gastronómica, que hay que degustar obligatoriamente, aunque al probarlos hay que recordar el por qué de su fama, así que … cuidado, que unos pican y otros no!.

DÍA 7 | Padrón a Santiago de Compostela

DÍA 8 | Fin de tu camino

Descripción general

El Camino de Santiago desde Tui a Santiago, esta configurada como la última etapa del Camino Portugués, comenzando la misma en la preciosa villa de Tui, que es el pueblo fronterizo es el pueblo fronterizo entre España y Portugal, atendiendo a que ambas naciones  están divididos por el río Miño,  y que por tanto, se puede ir de un país al otro atravesando el Puente Internacional.

En el sentido estricto del recorrido, desde Tui a Santiago caminaremos a través de grandes extensiones bosques, tierras de cultivo tradicionales, por pequeñas aldeas y por pueblos rurales, e igualmente, por ciudades históricas.

De tal forma que llegaremos a la costa gallega en Arcade, ciudad famosa por el festival de ostras que se celebra allí anualmente, cuya degustación si nos fuese posible, añade un punto de sabor al sentido del gusto  y al gusto por el Camino. Sería un error imperdonable, no visitar Pontevedra y su casco antiguo clásico, dotado desde hace siglos, de una maravillosa arquitectura.  

También, en las Rías Baixas, nos toparemos de frente con la gastronomía y sus ramificaciones, como es el caso del universalmente conocido vino blanco Albariño, típico de esta zona de Galicia, donde la magia y el sabor, maridan con tan ricos caldos.

Y por supuesto,  rendiremos una obligada visita, esta vez con carácter cultural a Padrón, el municipio gallego de los famosos pimientos, unos picantes y otros no, porque allí nacieron las dos figuras más importantes y universales de la literatura gallega de todos los tiempos, Rosalía de Castro y Camilo José Cela.

¿Por qué elegir el Camino Francés?

Pues especialmente, el hecho de que estamos hablando de un un Camino diferente, donde no  encontraremos mesetas, ni alturas complicadas,  ni marcados desniveles,  como así ocurre en otros itinerarios, como con el Camino Francés; pero en cambio, sí que disfrutaremos de bosques, plenos de magia, belleza y tranquilidad, y cruceros milenarios que bajo sus mantos custodian  los cantares de los antiguos trovadores de la alta época medieval, así como las históricas y hermosas cantigas de amigo, amor y maldecir de Martin Codax o Mendiño.

Y para centrarnos en su historia, y en su posterior y vertiginoso interés y atractivo, hay que recordar que en el pasado siglo XX, el hasta entonces muy transitado Camino Portugués, de alguna manera se estancó, debido principalmente, al llamado Milagro de Lourdes, o lo que es lo mismo,  la famosa aparición de la Virgen a tres pastores en la localidad lusa de Fátima, y  a la construcción tras este suceso, del Santuario que se levantó en honor a la virgen, el cual ocuparía   el protagonismo,  en detrimento de la ruta peregrina hacia Santiago. Afortunadamente, no tardaría mucho tiempo en despertarse de nuevo masivamente la devoción al Apóstol y el esta ruta volvió a posicionarse internacionalmente, si cabe con más fuerza aún, más allá de la península.

Dos desvíos diferentes

 

Para este itinerario, se trazan incluso dos vías, una de ellas es la que conocemos como el Camino Portugués por la costa,  que llega a tierras gallegas por A Guarda, discurre por Baiona y Vigo y enlaza en Redondela con la otra vertiente, la que  que entra en Galicia por Tui, la más popular y a la que más se recurre. Así, atraviesa o Porriño, Redondela, Pontevedra, Caldas de Reis o Padrón, todo, antes de alcanzar Santiago, donde  abrazar la imagen del Apóstol. Este Camino nos proporciona un discurrir suave y cómodo hacia la meta final, poblado de senderos mágicos que atraviesan, como las leyendas que se le atribuyan,  bosques, aldeas, pazos y fortalezas,  a la par que salvamos ríos sobre puentes medievales.

Y es que, todo se torna hermoso y mágico, cuando nuestros inseparables  compañeros de viaje son capillas, iglesias y conventos, dibujando una aventura, año tras año consolidada y con más fuerza entre los caminantes, lo que está derivando a situar al Camino Portugués como el más concurrido de todos los caminos en los últimos años, ya que solamente el Camino Francés, históricamente el más famoso de los trazados, está por delante suyo. A todo esto tamvbien contribuye notablemente que la señalización del trazado es correcta, especialmente en el territorio gallego y que ofrece una creciente red de establecimientos, con una extensa red de albergues públicos y privados, principalmente a partir de Porto. Además, el hecho de no estar masificado, de su gran belleza natural y de la oportunidad única de permitirnos recorrer dos países, propician que esta vía sea una opción, especialmente recomendable y  muy atractiva, en nuestro peregrinar hacia la capital gallega.

Mejor época para hacer el Camino Portugués

No cabe duda de que siendo el Camino Portugués,  el segundo más popular de los Caminos de Santiago, lo que garantiza una ruta siempre llena de peregrinos en cualquier época o estación del año, dado que se trata de una variante relativamente sencilla de transitar  y en la que el hospedaje y los servicios abundan, no existe ningún problema en vivir esta experiencia en cualquier época del año, si bien, en ocasiones hay que tener siempre en cuenta dos factores muy importantes, como son  la climatología y la afluencia de peregrinos.

Así, si nuestra decisión es hacer el Camino Portugués en invierno, contamos con la certeza de  encontrarnos  con muchos menos peregrinos, lo que equivale a disfrutar de una ruta menos masificada, pero a su vez, debemos  valorar que habremos de enfrentarnos con unas peores condiciones meteorológicas, si bien todo se resuelve llevando  el equipamiento necesario para ello.  En la opción opuesta, si preferimos la estación estival y especialmente el mes de agosto, a nuestro favor tendremos el clima, pero en contra, una más que posible masificación del Camino, con una afluencia de peregrinos mucho mayor, fruto de esta esta época, tradicionalmente vacacional.

Pero como siempre hay una opción intermedia que propicia el equilibrio, es altamente recomendable elegir la primavera, para emprender el Camino Portugués, o en todo caso, a fin de no toparnos con las desventajas del clima ni con un itinerario masivamente ocupado de peregrinos, esperar a realizarlo a finales de septiembre, que sigue siendo primavera, en Camino y magia. 

Historia

Después de la independencia de Portugal, encabezada por el Rey Alfonso I, a partir del siglo XII, empezó a trascender la importancia de esta ruta, de tal forma que los peregrinos que salían de territorio luso hacia el norte de la península,  lo hacían por muchos más motivos que los espirituales, porque en  su mayoría, fueron las razones culturales y económicas, las que establecieron  lazos humanos entre los territorios vecinos, prevaleciendo a lo largo del tiempo,  y convirtiendo a la mayor parte de la red viaria de Portugal, en testigo del transitar de los peregrinos a la capital compostelana, y a su paso, forjaba una ruta con mucha historia, en la que se gestarían numerosos intercambios culturales y comerciales entre Galicia y su vecina Portugal. 

Porque para consolidarse como una de las rutas mas frecuentadas en nuestros días, desarrollando además una paulatino aumento, es de justicia nombrar a los numerosos representantes de la nobleza, reyes y altos clérigos, que contribuyeron con sus peregrinaciones a asentar esta devoción jacobea. De hecho, y asó lo ratifica la historia, de estos sucesos se conservan quedan vigentes reportes documentales,  como es el caso concreto de la peregrinación de Doña Isabel de Portugal, quien una vez que efectuó  el Camino hacia Santiago en el Siglo XIV, no dudó en ofrecer ante el altar del Apóstol, su propia corona de emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico y que,  tras fallecer siendo conocida como la “Reina Santa”, Doña Isabel fue enterrada en Coímbra con un bordón peregrino, tal y como había había dejado descrito antes de su muerte.

Siguiendo con la cronología histórica de este Camino Portugués, recordar que fue el Rey Don Manuel I de Portugal, conocido como “El Afortunado”, y  en base a su peregrinación desde Lisboa en el 1502, quien ordenó instalar una lámpara que alumbrase desde entonces, día y noche la Catedral de Santiago. Y que fueron los Padres Jesuitas y su ruta en 1543 desde Coímbra, el pintor, humanista y arquitecto portugués Francisco de Holanda en 1549, el obispo de Tui en 1604 o el vizconde de Ponte de Lima en 1610, quienes en su calidad de representantes  de la nobleza y el clero, contribuyeron felizmente a la instauración de la vía portuguesa como una importante y reconocida ruta de peregrinación hacia la tumba del Apóstol Santiago.

En este sentido, y por tan históricas razones, las ciudades lusas de Lisboa, Santarem, Coímbra, Oporto, Barcelos, Ponte de Lima y Valença do Minho,  se convirtieron en un trazado vertical que atravesaba el vecino país portugués  de sur a norte, estableciendo así una red viaria diseñada para alcanzar la orilla del río Miño y saltar hacia tierras gallegas.  Este trazado se configura  con vías y caminos antiguos,  heredados de la edad románica,  como es el caso de la vía XIX, que fue  construida en el siglo I d.C. con el propósito de unir Braga con Astorga.

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