
Camino Portugués por la costa | Vigo - Santiago
SERVICIOS INCLUIDOS
- Alojamientos en hoteles, apartamentos, casas rurales, hostales o pensiones
- Habitación con baño privado
- Itinerario completo de la ruta
- Credencial del Peregrino
- Atención 24 horas
SERVICIOS NO INCLUIDOS
- Desayunos
- Almuerzos y cenas
- Transporte de mochilas
- Garaje en Santiago
Etapas del Camino Portugués por la costa | Vigo - Santiago
DÍA 1 | Vigo a Redondela
Esta salida de Vigo transcurre por la Senda da Traída das Augas, incluyendo bosques y unas impresionantes vistas panorámicas sobre la ría. Posteriormente atravesamos Vigo por el paseo fluvial del río Lagares, o por el barrio de Coia, abandonando la ciudad por el barrio de Teis hasta Redondela, que una variante por la costa, confluyente con el camino interior.
- Hacemos noche en Redondela / Arcade
- 16 Km de etapa
- 3 horas
DÍA 2 | Redondela a Pontevedra
En esta jornada, y al salir de Redondela, cruzaremos el puente romano de Pontesampaio, conocido por ser el lugar donde los vecinos plantaron cara contra la invasión napoleónica, en la que fue derrotado el ejército francés. Seguidamente llegaremos a Pontevedra, hermosa ciudad poseedora de un casco histórico fascinante, en el que destaca principalmente la iglesia de A Peregrina.
- Hacemos noche en Pontevedra
- 19,6 Km de etapa
- 5 horas
DÍA 3 | Pontevedra a Caldas de Reis
Partimos de Pontevedra cruzando el puente de O Burgo, para seguir atravesando bosques autóctonos y de eucaliptos, así como pequeños arroyos. De esta manera, haremos nuestra entrada en Caldas de Reis, donde no podemos desaprovechar la oportunidad de dar un paseo por tan bonita localidad, que es muy conocida por sus aguas termales ya desde la época romana. Altamente recomendable, para cuerpo y alma, un relajante baño en su balneario.
- Hacemos noche en Caldas de Reis
- 21,1 Km de etapa
- 5 horas
DÍA 4 | Caldas de Reis a Padrón
Aunque es un municipio universalmente conocido, por ser la cuna de los ilustres escritores Camilo José Cela (Premio Nobel de Literatura) y la poetisa más famosa de Galicia, Rosalía de Castro, no hay que obviar que existe una razón alimenticia de peso, para que sea un lugar famoso en el mundo, gracias a sus pimientos de Padrón, una delicia gastronómica, que hay que degustar obligatoriamente, aunque al probarlos hay que recordar el por qué de su fama, así que … cuidado, que unos pican y otros no!.
- Hacemos noche en Padrón
- 18,6 Km de etapa
- 4 horas
DÍA 5 | Padrón a Santiago de Compostela
- Hacemos noche en Santiago de Compostela
- 24,3 Km de etapa
- 6 horas
Descripción General
A la hora de acometer este camino, si esa es nuestra decisión, hay que valorar y recordar que el Camino de Santiago, desde Baiona a Santiago es la última etapa del Camino Portugués por la costa, y que esta etapa se inicia en el precioso pueblo de Baiona, una elegante localidad pesquera, ubicada en el corazón de las Rías Baixas.
Y en este bonito pueblo es altamente recomendable realizar una visita al Castillo de Monte Real además de conocer, descubrir y disfrutar, a paso lento , del famoso paseo marítimo de Baiona, lugar de donde debemos nunca marcarnos, sin homenajear a nuestro paladar, degustando su conocido vino blanco y su delicioso marisco.
Seguidamente, desde Baiona a Santiago, nos tocará caminar en dirección a Vigo bordeando la costa Atlántica, principal motivo por lo que resulta ser el Camino ideal para hacerlo durante el verano. Y es que, como impagable atractivo, durante su recorrido estival, disfrutaremos en el mejor clima posible, de la mágica belleza de las Islas Cíes.
Así, llegaremos a la ciudad de Redondela, punto de unión entre el Camino Portugués por la costa y el Camino Portugués del interior, y como un nuevo regalo para los sentimientos y los sentidos, por dos razones de mucho peso, visitaremos Padrón: primero porque es el municipio natal de la poetisa gallega más conocida de todos los tiempos, Rosalía de Castro, y del Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, que de alguna forma, comparten fama con los famosos pimientos de Padrón, ya saben aquellos de “Unos pican y otros non”.
Y continuaremos caminando, hasta alcanzar nuestro anisado destino final, Santiago de Compostela.
¿Qué nos conduce a escoger el Camino Portugués?
Pues especialmente, el hecho de que estamos hablando de un un Camino diferente, donde no encontraremos mesetas, ni alturas complicadas, ni marcados desniveles, como así ocurre en otros itinerarios, como con el Camino Francés; pero en cambio, sí que disfrutaremos de bosques, plenos de magia, belleza y tranquilidad, y cruceros milenarios que bajo sus mantos custodian los cantares de los antiguos trovadores de la alta época medieval, así como las históricas y hermosas cantigas de amigo, amor y maldecir de Martin Codax o Mendiño.
Y para centrarnos en su historia, y en su posterior y vertiginoso interés y atractivo, hay que recordar que en el pasado siglo XX, el hasta entonces muy transitado Camino Portugués, de alguna manera se estancó, debido principalmente, al llamado Milagro de Lourdes, o lo que es lo mismo, la famosa aparición de la Virgen a tres pastores en la localidad lusa de Fátima, y a la construcción tras este suceso, del Santuario que se levantó en honor a la virgen, el cual ocuparía el protagonismo, en detrimento de la ruta peregrina hacia Santiago. Afortunadamente, no tardaría mucho tiempo en despertarse de nuevo masivamente la devoción al Apóstol y el esta ruta volvió a posicionarse internacionalmente, si cabe con más fuerza aún, más allá de la península.
Dos desvíos diferentes
Para este itinerario, se trazan incluso dos vías, una de ellas es la que conocemos como el Camino Portugués por la costa, que llega a tierras gallegas por A Guarda, discurre por Baiona y Vigo y enlaza en Redondela con la otra vertiente, la que que entra en Galicia por Tui, la más popular y a la que más se recurre. Así, atraviesa o Porriño, Redondela, Pontevedra, Caldas de Reis o Padrón, todo, antes de alcanzar Santiago, donde abrazar la imagen del Apóstol. Este Camino nos proporciona un discurrir suave y cómodo hacia la meta final, poblado de senderos mágicos que atraviesan, como las leyendas que se le atribuyan, bosques, aldeas, pazos y fortalezas, a la par que salvamos ríos sobre puentes medievales.
Y es que, todo se torna hermoso y mágico, cuando nuestros inseparables compañeros de viaje son capillas, iglesias y conventos, dibujando una aventura, año tras año consolidada y con más fuerza entre los caminantes, lo que está derivando a situar al Camino Portugués como el más concurrido de todos los caminos en los últimos años, ya que solamente el Camino Francés, históricamente el más famoso de los trazados, está por delante suyo. A todo esto tamvbien contribuye notablemente que la señalización del trazado es correcta, especialmente en el territorio gallego y que ofrece una creciente red de establecimientos, con una extensa red de albergues públicos y privados, principalmente a partir de Porto. Además, el hecho de no estar masificado, de su gran belleza natural y de la oportunidad única de permitirnos recorrer dos países, propician que esta vía sea una opción, especialmente recomendable y muy atractiva, en nuestro peregrinar hacia la capital gallega.
Historia
Después de la independencia de Portugal, encabezada por el Rey Alfonso I, a partir del siglo XII, empezó a trascender la importancia de esta ruta, de tal forma que los peregrinos que salían de territorio luso hacia el norte de la península, lo hacían por muchos más motivos que los espirituales, porque en su mayoría, fueron las razones culturales y económicas, las que establecieron lazos humanos entre los territorios vecinos, prevaleciendo a lo largo del tiempo, y convirtiendo a la mayor parte de la red viaria de Portugal, en testigo del transitar de los peregrinos a la capital compostelana, y a su paso, forjaba una ruta con mucha historia, en la que se gestarían numerosos intercambios culturales y comerciales entre Galicia y su vecina Portugal.
Porque para consolidarse como una de las rutas mas frecuentadas en nuestros días, desarrollando además una paulatino aumento, es de justicia nombrar a los numerosos representantes de la nobleza, reyes y altos clérigos, que contribuyeron con sus peregrinaciones a asentar esta devoción jacobea. De hecho, y asó lo ratifica la historia, de estos sucesos se conservan quedan vigentes reportes documentales, como es el caso concreto de la peregrinación de Doña Isabel de Portugal, quien una vez que efectuó el Camino hacia Santiago en el Siglo XIV, no dudó en ofrecer ante el altar del Apóstol, su propia corona de emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico y que, tras fallecer siendo conocida como la “Reina Santa”, Doña Isabel fue enterrada en Coímbra con un bordón peregrino, tal y como había había dejado descrito antes de su muerte.
Siguiendo con la cronología histórica de este Camino Portugués, recordar que fue el Rey Don Manuel I de Portugal, conocido como “El Afortunado”, y en base a su peregrinación desde Lisboa en el 1502, quien ordenó instalar una lámpara que alumbrase desde entonces, día y noche la Catedral de Santiago. Y que fueron los Padres Jesuitas y su ruta en 1543 desde Coímbra, el pintor, humanista y arquitecto portugués Francisco de Holanda en 1549, el obispo de Tui en 1604 o el vizconde de Ponte de Lima en 1610, quienes en su calidad de representantes de la nobleza y el clero, contribuyeron felizmente a la instauración de la vía portuguesa como una importante y reconocida ruta de peregrinación hacia la tumba del Apóstol Santiago.
En este sentido, y por tan históricas razones, las ciudades lusas de Lisboa, Santarem, Coímbra, Oporto, Barcelos, Ponte de Lima y Valença do Minho, se convirtieron en un trazado vertical que atravesaba el vecino país portugués de sur a norte, estableciendo así una red viaria diseñada para alcanzar la orilla del río Miño y saltar hacia tierras gallegas. Este trazado se configura con vías y caminos antiguos, heredados de la edad románica, como es el caso de la vía XIX, que fue construida en el siglo I d.C. con el propósito de unir Braga con Astorga.
Mejor época para hacer el Camino Portugués
No cabe duda de que siendo el Camino Portugués, el segundo más popular de los Caminos de Santiago, lo que garantiza una ruta siempre llena de peregrinos en cualquier época o estación del año, dado que se trata de una variante relativamente sencilla de transitar y en la que el hospedaje y los servicios abundan, no existe ningún problema en vivir esta experiencia en cualquier época del año, si bien, en ocasiones hay que tener siempre en cuenta dos factores muy importantes, como son la climatología y la afluencia de peregrinos.
Así, si nuestra decisión es hacer el Camino Portugués en invierno, contamos con la certeza de encontrarnos con muchos menos peregrinos, lo que equivale a disfrutar de una ruta menos masificada, pero a su vez, debemos valorar que habremos de enfrentarnos con unas peores condiciones meteorológicas, si bien todo se resuelve llevando el equipamiento necesario para ello. En la opción opuesta, si preferimos la estación estival y especialmente el mes de agosto, a nuestro favor tendremos el clima, pero en contra, una más que posible masificación del Camino, con una afluencia de peregrinos mucho mayor, fruto de esta esta época, tradicionalmente vacacional.
Pero como siempre hay una opción intermedia que propicia el equilibrio, es altamente recomendable elegir la primavera, para emprender el Camino Portugués, o en todo caso, a fin de no toparnos con las desventajas del clima ni con un itinerario masivamente ocupado de peregrinos, esperar a realizarlo a finales de septiembre, que sigue siendo primavera, en Camino y magia.
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